Lo que con los años se convirtió en el movimiento navista que hoy conocemos comenzó donde tenía que comenzar: en la educación.
Manuel Nava Martínez asumió la rectoría de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí en 1952, lo que, según la propia UASLP relata en sus antecedentes publicados en su página de Internet, trajo a la Universidad un cambio trascendental.
"El ascenso del Dr. Manuel Nava Martínez a la Rectoría de la Universidad significó un cambio radical y trascendental en la vida de ésta. Innovó los planes de estudios, cambió los textos obsoletos, contrató profesores de tiempo completo, logró un subsidio especial por parte del Gobierno, aumentó los ingresos, que por primera vez superaron el millón de pesos, inició la construcción de las Escuelas de Medicina y Leyes, fundó la Facultad de Humanidades y algunos institutos, como el de Investigación de Zonas Desérticas y recuperó el edificio de la Biblioteca. Todo esto trajo consigo un cambio total en la enseñanza superior y en la investigación científica.
"Así se dio una expansión insospechada. Las escuelas y departamentos crecieron y hubo que buscar otros espacios, a la par que se fundaban nuevas escuelas".
En la búsqueda de esos espacios, Nava Martínez enfrentó la resistencia del cacique Gonzalo N. Santos, que utilizó al fraccionador Carlos López para obstaculizar la expropiación de los terrenos de la actual zona universitaria.
Pero el despertador de la conciencia universitaria ya estaba sonando. Ramón Alcorta Guerrero, de larga trayectoria en la defensa de la autonomía universitaria, pronunció el 2 de enero, durante la inauguración de la Facultad de Humanidades, "un discurso en el que refirió la necesidad de vincular a la UASLP con la sociedad para superar el atraso político, social y económico, creando a un 'nuevo tipo de universitario' que rescate los valores universales", cita Javier Padrón Moncada en su libro Los bombazos de 1975 en SLP: Terrorismo de Estado.
Con las ideas de Alcorta y la resistencia de Nava Martínez a los embates del santismo, la UASLP logró avances, pero sobre todo sembrar la semilla de la conciencia cívica que pronto se trasladaría a la lucha que, a la postre, acabó con el cacicazgo de Gonzalo N. Santos en el Estado.
Manuel Nava Martínez muere el 13 de agosto de 1958, todavía en funciones de rector.
Para entonces, la UASLP ya había logrado varias victorias para preservar su autonomía ante el cacique, por lo que las bases para que la lucha pasara a otro terreno estaban puestas.
Salvador Nava Martínez, hermano menor del recién desaparecido rector, fue propuesto como candidato independiente a la alcaldía para las elecciones de 1958.
Apoyado también por Alcorta Guerrero como estratega político, entre muchos otros, Salvador Nava Martínez ganó la elección, y cuando se le reconoció su triunfo, declaró: "Ahora es cuando empieza la lucha".